NACIONES UNIDAS
COMISION ECONOMICA PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE

EXPOSICION DEL SE�OR GERT ROSENTHAL SECRETARIO EJECUTIVO DE LA COMISION ECONOMICA PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE

CON OCASION DE LA OCTAVA REUNION DEL GRUPO DE REVISION Y SEGUIMIENTO DE LA CUMBRE

(Washington, 6 de marzo de 1997)

Estimados amigos,

Es muy grato para m� estar presente en esta octava reuni�n del Grupo de Revisi�n y Seguimiento de la Cumbre de las Am�ricas. Ello me brinda la oportunidad de reunirme con los delegados de los gobiernos que participaron en la Cumbre de las Am�ricas, tanto para compartir con ustedes algunas ideas sobre el proceso iniciado en Miami en diciembre de 1994 como para reiterar nuestra mejor disposici�n de continuar participando en lo en el futuro. El hecho de que nuestra sede se encuentra en el palo que tambi�n ser� el anfitri�n de la segunda Cumbre de las Am�ricas, en marzo de 1998, constituya un motivo m�s para acercarnos a los gobiernos de la regi�n y al de Chile en particular.

Celebro, asimismo, la oportunidad de acompa�ar a mis colegas Jorge Alleyne, C�sar Gaviria y Enrique Iglesias en esta sesi�n, y de encontrarme en la sede de la organizaci�n Panamericana de la Salud, con la que nos unen estrechos lazos de colaboraci�n.

Acaso el papel de la CEPAL en el Pacto para el Desarrollo y la Prosperidad en las Am�ricas es un tanto distinto al de los organismos interamericanos. El n�mero de patoso que integra la Comisi�n es superior al de los signatarios de aquel Pacto, y nuestros mandatos provienen de los foros intergubernamentales de las Naciones Unidas. Tanto en la Declaraci�n de Principios como en el Plan de Acci�n adoptado en Miami se reconoce ese hecho, puesto que me ha acotado la participaci�n de la CEPAL en las principales actividades en las que es preferible que intervinieran organismos e instituciones internacionales.

Sin embargo, lo destacable es que hay una participaci�n expl�cita, aunque sea acotada. En efecto, hay una amplia coincidencia entre los objetivos del Pacto y los objetivos de nuestra Comisi�n. Por otra parte, los 34 pa�ses que suscribieron dicho Pacto son miembros de la CEPAL. Adem�s, hemos emprendido actividades conjuntas, sobre todo en el Ambito del comercio, con nuestras instituciones hermanas - el Banco Interamericano de Desarrollo y la Organizaci�n de los Estados Americanos - en el contexto m�s amplio de la constante coordinaci�n y colaboraci�n que caracteriza nuestras relaciones. Todo ello explica nuestra activa participaci�n en el proceso de cooperaci�n hemisf�rica, que indudablemente adquir�a dimensiones a�n procedentes con los compromisos suscritos en Miami.

Aun m�s, la raz�n de ser de la Comisi�n, seg�n lo previsto en la resoluci�n que la cre� en 1948, es impulsar el desarrollo de los pa�ses de Am�rica Latina y el Caribe, y fomentar la cooperaci�n. Esas funciones generales son plenamente compatibles con los aportes que podamos hacer en forma directa o indirecta a los avances en la instrumentaci�n de los acuerdos adoptados en la Cumbre. Por lo tanto, cuando los gobiernos nos lo han solicitado, hemos involucrado en el proceso, especialmente en la trama de la integraci�n econ�mica y el libre comercio, la erradicaci�n de la pobreza, y el impulso al desarrollo ambientalmente sustentable.

Adem�s, muchas de las actividades que venimos desarrollando en el marco de nuestro programa de trabajo regular pueden resultar relevantes para el cumplimiento de los compromisos adquiridos en Miami o los que seguramente se adquirir�an el aflo entrante en Santiago. Me refiero, a t�tulo ilustrativo, a nuestro inter�s m�s amplio en la liberalizaci�n del comercio, el desarrollo de mercados de capital, el fomento de las microempresas, la innovaci�n tecnol�gica las migraciones transfrontorizas, el desarrollo energ�tico, la agilizaci�n del comercio y el transporte. En esta �ltima materia, por ejemplo, ya estamos involucrados en trabajos sobre la modernizaci�n de puertos, y la mejora de las estad�sticas del transporte.

De acuerdo con lo se�alado en la Declaraci�n de Principios y el Plan de Acci�n aprobados en Miami, nuestras actividades se han concentrado en tres �reas espec�ficas: la primera y principal, la conformaci�n de la Area de Libre Comercio de las Am�ricas, en relaci�n con el cual recibimos, junto a la OEA y el BID, una solicitud expresa de apoyo de los Jefes de Estado; la segunda, la erradicaci�n de la pobreza; y la tercera, m�s circunscrita, en apoyo a la Conferencia cumbre sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en Santa Cruz de la Sierra.

En cuanto a la primera �rea, hemos acordado una distribuci�n de responsabilidades con los dem�s integrantes del Comit� Tripartito conformado por la OEA, el BID y la CEPAL, para colaborar con los diversos grupos de trabajo que llevan a cabo las tareas espec�ficas que los fueran encomendadas por los Ministros de Comercio. Nos hemos concentrado, en especial, en el grupo de trabajo presidido por Jamaica sobre las econom�as de dimensiones reducidas y, con menor intensidad, en los grupos de trabajo presididos por Costa Rica y Per�, respectivamente, dedicados a inversi�n y pol�ticas de competencia. Asimismo, esperamos seguir trabajando muy de cerca con el Gobierno de Chile en las labores del grupo de trabajo sobra servicios. Hemos estado presentes en Denver y en Cartagena de Indias, y tambi�n lo estaremos en Bolo Horizonte.

En cuanto a la segunda �rea, la capa tuvo el privilegio de que se realizar� en su sede la Conferencia Hemisf�rica sobre la Erradicaci�n de la Pobreza y la Discriminaci�n, celebrada bajo el auspicio del Gobierno de Chile en enero de 1996. (Dicho sea de paso, en esa ocasi�n se celebr�, tambi�n en nuestra Bada, la quinta reuni�n del Grupo de Implementaci�n y Seguimiento de la Cumbre). Nuestros aportes sustantivos a dicho encuentro, y al toma en general, est�n estrechamente vinculados a nuestra permanente participaci�n en las actividades preparatorio primero, y ahora de seguimiento, de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, a la que ciertamente alude el Plan de Acci�n aprobado en Miami. En ese sentido, recientemente hemos convocado la primera Conferencia Regional de Seguimiento de esa Cumbre, que se llevar� a cabo en Sao Paulo, Brasil, del 6 al 9 de abril pr�ximo. El documento preparado por la Secretar�a para este encuentro, titulado La brecha da la equidad, tambi�n puede contribuir al seguimiento de los compromisos adquiridos en Miami, ya en el contexto interamericano.

Finalmente, acompa�amos al Gobierno de Bolivia, en forma directa y a trav�s de nuestra instituci�n hermana, el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo, en actividades preparatorias de la Conferencia Cumbre sobre el Desarrollo Sostenible, y con lo que podamos continuar desempe�ando un papel �til en la instrumentaci�n de los acuerdos adoptados en esa ocasi�n.

Pero acaso de mayor inter�s para los se�ores delegados es saber c�mo la CEPAL puede seguir colaborando en el proceso iniciado en la Cumbre de Miami y, en especial, en las actividades preparatorias de la pr�xima cumbre, que es celebrar� en Santiago.

Quisiera decir, en primer t�rmino, que respetamos la reiterada afirmaci�n de los gobiernos en el sentido que son ellos quienes le dar�n el impulso al proceso y de que los organismos Multilaterales desempe�ar�n una funci�n de apoyo, m�s no de adopci�n de iniciativas, a menos que se les invite expresamente a hacerlo.

En segundo lugar, valoramos nuestra asociaci�n con los otros integrantes de la comisi�n tripartita, la OEA y el BID, y tambi�n con la organizaci�n Panamericana de la salud. Estamos dispuestos a trabajar de manera conjunta con estas instituciones interamericanas, sobra la base de las ventajas comparativas que cada una aporta a esta asociaci�n. Pensamos que podemos contribuir a responder a interrogantes conceptuales y pr�cticos sobre varios de los temas que seguramente figurar�n en la agenda de la Cumbre de Santiago, y particularmente en lo que respecta al libre comercio, la erradicaci�n de la pobreza, el fomento de la microempresa, el transporte y el desarrollo de mercados de capital. Pensamos que ha llegado el momento de ampliar el �mbito tem�tico del Comit� Tripartito -hasta ahora limitado al tema del comercio- a otras de estas materias.

En tercer lugar, como dije, buena parte de nuestro programa de trabajo regular, que ciertamente no fue concebido en funci�n de las decisiones emanadas de la Cumbre de las Am�ricas, es, sin embargo, relevante para esos prop�sitos, y sus productos est�n a disposici�n de los gobiernos miembros. Dos ejemplos concretos se encuentran precisamente en las actividades que siempre hemos realizado en el �mbito de la integraci�n econ�mica, y en el de la erradicaci�n de la pobreza.

En cuanto al primer aspecto, quisiera recordar que la Secretaria de la CEPAL ofreci�, ya a finales de 1993, un marco conceptual sobre la integraci�n en su trabajo titulado El regionalismo abierto en Am�rica Latina y el Caribe. All� se ofrecen orientaciones que, quisi�ramos pensar, fueron �tiles en su momento para resolver los numerosos dilemas que los gobiernos enfrentaban al asumir compromisos de integraci�n con diversos socios comerciales. Pero el punto que quisiera destacar es que, a nuestro juicio, mejorar la inserci�n internacional de los palmos de Am�rica Latina y el Caribe, profundizar la integraci�n intralatinoamericana y avanzar en la configuraci�n de una Area de Libre Comercio de las Am�ricas son empresas compatibles entre ellas.

En lo que se refiere a la erradicaci�n de la pobreza, poca duda cabe que se trata de uno de los principales desaf�os que enfrentan los pa�ses de la regi�n. Se estima que en la actualidad 210 millones de latinoamericanos y caribe�os -un 39% de la poblaci�n- viven en situaci�n de pobreza. En t�rminos relativos, sostiene una leve mejor con relaci�n a 1990, pero todav�a se cuenta lejos de volver a la de por s� elevada relaci�n del 35% que se registr� en 1980. Esa situaci�n tiene profundas repercusiones nacionales, regionales y hemisf�ricas. Por ejemplo, la consolidaci�n de n�cleos de "pobreza dura" en Am�rica Latina y el Caribe, asociados a la discriminaci�n �tnica, la segregaci�n en el �rea de la vivienda y el incremento de la violencia urbana, se vincula con temas muy importantes de la agenda interamericana, entre otros la creciente desintegraci�n modal, los factores que ponen en peligro la gobernabilidad democr�tica, el est�mulo a las migraciones transnacionales, y el aliento a la producci�n y el tr�fico de estupefacientes. La mitigaci�n de la pobreza, e incluso su erradicaci�n, no ofrecen garant�a de resolver estos problemas que afectan a cada palo y a todos en conjunto pero el no revertir las tendencias de los �ltimos tiempos, en que un n�mero cada vez mayor de latinoamericanos y caribe�os viva en situaci�n de pobreza, s� constituye un grave peligro de que estos problemas se vean agravados con el paso del tiempo.

Debemos admitir que todav�a no hemos logrado aclarar c�mo puede contribuir la cooperaci�n interamericana a abordar el flagelo de la pobreza. En t�rminos generales, el crecimiento econ�mico y la generaci�n de empleo productivo, y todos los requisitos para lograrlo, constituyen una condici�n necesaria, pero no suficiente, para lograr avances en esa materia. Tambi�n importa la calidad de cota crecimiento, es decir, su permanencia en el tiempo, tema asociado a la gesti�n macroecon�mica, aun efectos en t�rminos de empleos productivos y salarios y, en fin, tanto la eficiencia de las pol�ticas sociales como el v�nculo entre �sta y la pol�tica econ�mica. Ello ofrece, al menos algunas pistas sobre lo que se puede hacer a nivel continental para coadyuvar a superar la pobreza. Por ejemplo, si, el comercio intrarregional conduce a un mayor crecimiento, o si el desarrollo o la adaptaci�n de tecnolog�a tambi�n contribuyen a este mismo prop�sito, la cooperaci�n hemisf�rica har�a un aporte, al menos indirecto, en esa materia. Lo mismo se puede decir en relaci�n con cualquier actividad orientada a mejorar la calidad de la educaci�n, aspecto que seguramente podr�a ser objeto de la cooperaci�n hemisf�rica.

Es precisamente el contexto en que se aborda la erradicaci�n de la pobreza lo que abre un abanico tem�tico mayor, que-adom�o ofrecer�a a la Secretar�a de la CEPAL la posibilidad de seguir colaborando en estas materias, que constituyen precisamente el n�cleo de nuestro programa de trabajo.

Por �ltimo, querr�a decir un par de palabras sobra la CEPAL, en el contexto de la reforma de las Naciones Unidas. Como se sabe, un toma de gran actualidad en la organizaci�n es su adecuaci�n a las necesidades del siglo XXI. En el af�n por acentuar su relevancia y utilidad, se suele insistir en la necesidad de evitar duplicaciones, dentro de las Naciones Unidas, y entre tantas y otras instituciones multilaterales, y sobre todo las de Bretton Woods. En ese sentido, pienso que la CEPAL es un buen ejemplo del potencial de los sectores econ�micos y sociales de las Naciones Unidas para crear copac�os de acci�n relevantes, y que complementen los de otras instancias multilaterales. Quiero aprovechar el hecho de estar presente en este encuentro, para reivindicar la conveniencia de que las Naciones Unidas tengan una expresi�n regional que contribuya a compatibilizar el regionalismo con el multilateralismo. Tambi�n reivindico el valor de la colaboraci�n con otras instituciones regionales para dar apoyo a los gobiernos miembros, en beneficio de todo. Finalmente, reivindico la prioridad de los toman que aparecen en la agenda de la cooperaci�n interamericana, que coinciden en gran medida con las prioridades de nuestro propio programa de trabajo. Por todo lo anterior, reitero mi complacencia por estarlas acompa�ando el d�a de hoy.

Muchas gracias. 

[SIRG/1997/VIII/tracker.htm][SIRG/1997/VIII/tracker.htm]